Es un conflicto armado entre el estado colombiano y
organizaciones criminales que controlan y trafican estupefacientes. El
conflicto interno inició oficialmente durante el gobierno del presidente
Belisario Betancur tras el asesinato del ministro Rodrigo Lara Bonilla, el
procurador general de la Nación Carlos Mauro Hoyos, y demás asesinatos y
secuestros selectivos en contra de personalidades importantes por órdenes de
Los Extraditables, una alianza estratégica entre carteles de la droga.
Finalmente, el gobierno de Colombia se alineó con la política antidroga de los
Estados Unidos denominada «guerra contra las drogas».
Los pioneros en el tráfico y la distribución de
estupefacientes fueron el cartel de Medellín, el cartel de Cali, el cartel del
Norte del Valle y el cartel de la Costa. Probablemente el cartel de Medellín
era el más importante de todos debido a que contaba con el máximo capo de la
mafia colombiana: Pablo Escobar. El líder de la organización llegó a pagar en
su momento la suma de 2 000 000 de pesos por cada Policía asesinado, según las
declaraciones de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, ex jefe de
sicarios de Pablo Escobar. Según las confesiones de León Valencia Agudelo, un
ex guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) solo en la localidad
de Antioquia se presentaron ochocientos asesinatos a miembros de esa
institución.
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